Cómo cuidar la Camelia en invierno
Las camelias (Camellia) son deliciosos arbustos de hoja perenne en suelos frescos con tendencia ácida, que aprecian exposiciones de sombra a semisombra. Muy decorativas, son aptas para cultivar en el suelo o en macetas, para decorar el jardín o la terraza. Su generosa floración, a veces fragante, alegra la decoración desde el otoño hasta la primavera según las especies y variedades. Bastante rústicos, requieren sin embargo algunas precauciones para poder superar la «mala» temporada. Descubre nuestros consejos para cuidar tus Camelias en invierno, y aprovechar su gran valor ornamental.
Camelias, resistencia variable al frío
Camellia sasanqua, japonica, williamsii, especies botánicas … la lista es larga y ofrece una elección muy amplia. Esto se traduce en diferencias, tanto en cuanto al periodo de floración (de otoño a primavera), los hábitos, la forma de las flores o sus colores como en su capacidad para resistir el frío.
Si bien muchas de ellas crecen sin problema en climas oceánicos, algunas Camelias pueden sufrir en regiones con inviernos más duros. Las partes más sensibles del arbusto son sus raíces, que crecen en la superficie y, por tanto, pueden verse afectadas por las heladas, así como los botones florales, expuestos directamente al aire ambiente. Estas últimas son tanto más sensibles cuanto que se forman antes de las épocas más frías del año y florecen en el momento crítico.
La resistencia media de las camelias ronda los -10°C, pero se pueden observar daños a partir de -4°C, especialmente si sus arbustos no crecen en las condiciones ideales. A la hora de comprar, recuerda comprobar la rusticidad específica de cada especie o variedad, y para poner todas las posibilidades de tu lado, sigue estos pocos consejos que ayudarán a tu arbusto a pasar el invierno sin problemas.
Camelia en el suelo: protección y cuidado en invierno.
- Los botones florales de las camelias temen menos a las heladas que a la alternancia de heladas y deshielos repentinos. Por tanto, evita plantar tu arbusto en el este, donde los primeros rayos de sol favorecen este escenario.
- Plantando al abrigo de un árbol de hoja perenne, como una conífera, por ejemplo, proporcionará a su arbusto una protección beneficiosa en pleno invierno. La presencia de una pared también es beneficiosa. Sólo asegúrese de que el arbusto no esté en demasiada sombra y de que esté protegido de los vientos fríos y secos.
- Cubra abundantemente la base, en una superficie amplia, con hojas muertas, paja o incluso corteza de pino. Esta cubierta aísla del frío sus raíces superficiales.
- Para los animales jóvenes, en caso de frío intenso y duradero, se puede instalar una funda de invierno. Lo ideal en este caso es realizar una estructura alrededor del arbusto, a partir de estacas de madera por ejemplo, sobre la que se extiende el velo, en una o dos capas si es necesario. Evite cortar su planta de tal manera que deje una bolsa de aire dentro del velo. Esta bolsa de aire servirá como amortiguador contra el aire exterior. Importante : Recuerde retirar esta protección en cuanto las temperaturas vuelvan a superar los 0°. Esto evitará que tu planta arranque demasiado pronto, el microclima dentro de tu vela podría provocar que tu planta arranque demasiado rápido y luego sufra graves daños en caso de una recaída de estas temperaturas.
Camelia en maceta: las acciones adecuadas para pasar el invierno
- Plantada en maceta, la Camelia es más sensible al frío que en el suelo. Es imprescindible instalar una buena capa de drenaje en el fondo de la maceta (bolas de arcilla, grava, etc.).
- En invierno, para garantizar un mejor drenaje del agua y aislarla del suelo frío de una terraza, por ejemplo, coloque la maceta sobre pequeñas cuñas. Algunas son muy decorativas.
- En la mala estación, acercar el contenedor a una pared, al abrigo de los vientos fríos y de los primeros rayos del sol. De hecho, el calentamiento de la atmósfera debe ser gradual.
- Cubra la superficie con mantillo hasta obtener un buen espesor.
- Si es necesario, envuelve la maceta con una o más capas aislantes, como plástico de burbujas, sujetas con una cuerda.
- Instalar una cubierta de invierno suele ser más fácil en una maceta que en el suelo. También en este caso lo ideal es el uso de una estructura pequeña y fácilmente desmontable.
- Vigila el sustrato y asegúrate de que no esté ni empapado ni seco. Si es necesario, riega cuando las temperaturas suban un poco, pero no ahogues tu arbusto.
- Si el invierno es muy duro y tienes la posibilidad, guarda tu Camelia en una habitación libre de heladas, como un garaje bien iluminado o un invernadero. En este caso, es necesario prestar aún más atención al nivel de humedad del suelo.
En el suelo o en maceta, recuerda quitar la nieve, ya que ésta puede quemar el follaje y romper ramas.
Si es necesario, puedes cortar ramas muertas o dañadas, pero la Camelia es un arbusto que generalmente no requiere poda.